Javier Gutiérrez Orrico. «Historias y no temáticas»

21 de febrero  →  02 de abril de 2023

Aún quedan artistas de los que salen a la calle en busca de experiencias desconocidas, con los ojos bien abiertos ante las sorpresas que cualquier persona, animal o cosa les puedan proporcionar, con los oídos bien atentos a cualquier conversación de las muchas que se entrecruzan en su camino y que pueda resultarle interesante, enigmática, o simplemente extravagante. Aún quedan artistas que vuelven al estudio con un conjunto de ideas, unas mentales, otras registradas que son los ingredientes de la nueva historia que están dispuestos a cocinar.

Alguien que se deja empujar por las energías ocultas en las calles, alguien que se entrega a los sentimientos más viscerales y se pone a pintar cosas románticas en la temporada de lluvias, pero al que también, en un determinado momento, le da por lo salvaje y refleja en sus pinturas momentos alucinógenos.

Un buscador de contrapuntos como la dulzura y la amargura, como la vida relajada y la vida marginal, un flâneur, un diletante que llega a España, a Planta1, a invitarnos a adentrarnos en sus pequeñas fábulas coloristas realizadas con su virtuosa habilidad para el dibujo y unas diversas técnicas pictóricas de gran calidad, fruto de su continua e inquieta investigación por obtener el mayor partido posible a la pintura.

Javier Gutiérrez Orrico (1973, Córdoba, Argentina) es profesor de dibujo en CENTRO, Universidad de Diseño, Cine y Televisión de Ciudad de México. En el año 2011, el CAB de Burgos le dedicó una excelente exposición individual titulada «Irreverente».

Javier Gutiérrez Orrico es un creador de pequeños cuentos que imagina, la mayoría de las veces, situados en una naturaleza sublimada, quizá la que le proporciona México, el país que le adoptó en 2002 y donde discurren ciertas extravagancias que la sociedad Mexicana le susurra al oído desde hace décadas. Un amante de la libertad plena, del ejercicio de la pintura en cualquier momento y en cualquier lugar, un hombre que se deja llevar por la intuición, por los impulsos, a la hora de su toma de rumbo hacia lugares en los que hay una historia jugosa que quiere conocer, a sabiendas que tanto el cielo como el infierno pueden andar agazapados, esperándole, a la vuelta de la esquina.